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SAGITARIO: HORÓSCOPO DEL EQUINOCCIO 2017
SAGITARIO
Como ya sabes perfectamente, desde 2015 tu signo camina con Saturno a su lado. Se trata de un tránsito importante, con el objetivo y la función de reestructurar radicalmente los fundamentos de tu vida. Sus efectos de saneamiento funcionan de manera parecida a los de los “antibióticos de amplio espectro”: operan de manera diferente, según las “necesidades” y las características del signo al que visita.
En tu caso, llega a empujarte a corregir un conjunto de ligerezas que en los últimos años te han llevado a bajar demasiado la guardia, a mirar la vida a través de una lente de excesiva confianza en el prójimo. Y a veces (en realidad, en muchos casos) el prójimo se ha aprovechado mucho. Y así, en 2015 llega Saturno, con un mensaje que podría resumirse en tres palabritas mágicas: “abre los ojos”. Reconoce quien merece tu confianza y quién no.
Centra tu atención en las muchas situaciones que hubieran tenido que ponerte en guardia, pero que tú has elegido ignorar. Vuelve a reestablecer el balance que en los últimos años ha sido desbaratado, y definitivamente no a tu favor. Si hay alguien que se ha aprovechado y se ha apropiado de algo que fuera tuyo, pues que lo recojas. Si alguien te ha echado culpas o responsabilidades que no te correspondían, vuelve a enviarlas al remitente.
Por esa razón, 2016 ha sido un año a veces duro con Sagitario, que ha tenido el efecto de una ducha de agua fría de realidad, ha roto el hechizo de las ilusiones y ha puesto todo en su lugar original. A veces, ha mostrado las consecuencias de algunas ligerezas que a lo largo de los años pasados habían llevado a alguien a bajar demasiado la guardia.
Hay una hermosa película de Tim Burton que cuenta una historia parecida a la tuya. Se trata de “Ojos grandes”, y cuenta la verdadera historia de Margaret Ulbrich Keane, pintora famosa y estimada por sus retratos con ojos grandes y tondos (que parecen sugerir: “¡abre los ojos!”). Margaret posee un gran talento, una hija pequeña, un matrimonio fallido, y decide mudarse a San Francisco para empezar una nueva vida.
Aquí encuentra a Walter Keane, agente inmobiliario con la afición por la pintura, se enamora de él y se casan. Walter parece ser el hombre perfecto: amable y cariñoso, capaz de ser el padre de la niña de Margaret. Al mismo tiempo, los retratos de Margaret, con sus grandes ojos, empiezan a tener éxito. Lástima que el marido, con la excusa de que a las mujeres les resultara difícil tener éxito en el arte (estamos en los sesenta), finge ser el autor de las pinturas de su mujer firmándolos sencillamente con el nombre “Keane”, apellido de él, pero también de casada de ella. Y mientras ella pinta como una loca, él se construye una carrera “robada” gracias a su mujer: la tiene bajo su control haciendo presión sobre la necesidad de asegurar un techo y una vida serena a su hija.
Hasta que llega el punto en que Margaret abre los ojos, y desde allí empieza a volver a tener su propio éxito. Tu cielo de 2016 quizás correspondía al momento en que la mujer se daba cuenta de que su marido la engañaba y se aprovechaba de ella, aunque sin saber cómo arreglar la situación y llevar el barco al viento.
2017, en cambio, parece el momento en que Margareth Keane encuentra dentro de sí misma la fuerza de arreglar las cosas y reaccionar a esta injusticia: toma a su hija, se muda fuera y presenta una demanda a su marido. Nace un caso judicial entre pruebas a favor y testigos, improbables “aliados” del marido, con un juez siempre más confundido: es la palabra de uno contra la palabra del otro. Hasta al giro inesperado final. El juez decide poner fin a al contencioso con la manera más genial y menos convencional. Pone a Margaret y a Walter a confronto: cada uno tiene una tela blanca, el mismo “kit” de pinceles y colores, y el mismo tiempo para pintar un retrato con ojos grandes abiertos. Aquí el momento en que la verdad (tu verdad) sale afuera con toda su potencia. Ella (tu): un genio; el: un impostor. Fin de la historia, porque la verdad, en el fondo, es sencilla. Cuando se quiere modificar demasiado, aliñarla con demasiados condicionales, deja de ser la verdad.
Ahí tienes la balanza de la justicia que también en tu cielo tiene que recuperar el equilibrio, hasta el punto que muchísimos Sagitarios están involucrados con demandas legales, con un conflicto en el trabajo o con una separación difícil que sirve precisamente para volver a recuperar la justicia. Pues el Sagitario 2.0 que en 2017 deja de mirar las cosas a través de una lente de excesiva confianza, se fortalece y actúa para recoger lo que le corresponde por derecho.
En este sentido, el nuevo año se lleva un cielo de verdad diferente. Se cierra una primera fase con “Saturno al lado” (llamémosla “de de-construcción”), durante que se necesitaba desmantelar los efectos de algunos errores de apreciación del pasado, y se abre una nueva en que, con el terreno limpiado, se vuelve a reconstruir.
Con respecto al año pasado, entonces, representa un verdadero punto de inflexión, gracias al “nuevo” Júpiter no tan hostil como fue en 2016 sino que a favor con un buenísimo sextil desde Libra que relanza el optimismo y te permite volver a asomarte a la vida. La interacción social del nuevo año sustituye la clausura y la difidencia del año pasado y permite encontrar nuevos aliados para sostener tus proyectos, nuevas amistades en grado de abrir puertas que en los últimos años has encontrado cerradas.
Es un cielo que vuelve a despertar un poco de sana ambición y te permite volver a jugar “en ataque” después de una larga fase de vida transcurrida en jugar en defensa: eres más combativo, determinado y listo para focalizar la proa en la dirección de tus deseos. Se convierte en un posible cambio de rumbo, o darse nuevas oportunidades personales y profesionales.
Incluso en el amor, el cielo vuelve a abrirse y a pintarse de nueva luz. Son muchas las parejas que en 2016 han estado en las aguas de una crisis o han tenido que cancelar un proyecto por razones económicas o porque el trabajo de uno de los dos interfería con las direcciones del corazón. E incluso aquí, una vez que el otoño haya terminado, se vuelve a reconstruir, bajo un cielo mucho más activo y estimulante: vuelven optimismo, confianza y capacidad de mirar los proyectos de pareja con una perspectiva más amplia. Las finanzas vuelven a crecer, muchos proyectos de pareja aplazados ahora están más al alcance de la mano y se va la sensación de vivir en trinchera que ha coloreado el cielo de muchos nacidos del signo. Para quien tiene un gran proyecto con su pareja, alrededor de abril podría llegar un momento más desafiante en lo que concierne la casa, una mudanza, o en algunos casos gastos para quien trabaja en casa. Pero nada puede realmente obstaculizar unos proyectos de casamiento o el deseo de tener un hijo: el cielo del verano es el escenario adecuado para intercambiarse una promesa o entablar unas negociaciones con la cigüeña.
Pero los primeros en beneficiarse de este nuevo cielo son probablemente los corazones solteros, que son una densa “legión” porque muchas relaciones frágiles o comprometidas no han superado el “checkpoint” de 2016. Los corazones solteros, decía, vuelven a socializar y a salir a la luz, sin la sombra del miedo en los ojos los que no saben en quien confiar. El año pasado los corazones solteros de Sagitario han tenido una actitud un poco amenazada hacia nuevas relaciones. Frente a nuevos encuentros (a veces interesantes) has dado un paso adelante y dos para atrás, combatiendo entre deseo de probar emociones nuevas y miedo de quedarse en una trampa, de perder la libertad e independencia. Esto ha llevado algunos nacidos del signo a nuevas historias que merecían ser exploradas. 2017 rompe el hechizo de las inseguridades y de las indecisiones. Se vuelve a una biología más básica que el amor: intentamos darnos un beso y a ver qué pasa, sin demasiadas paranoias mentales. La temporada más rica para los solteros es la primavera, con una verdadera ida y vuelta de encuentros. Algunos podrían recuperar también un encuentro del año pasado que finalmente “merecía y darle una oportunidad concreta. Alguien podría salir con más de una persona y verificar sus sensaciones. Es importante confiar en esta preciosa ola de Júpiter, que estimula de manera natural y espontánea a ampliar la esfera de las parejas más allá de los confines de las amistades de siempre: en 2017, muchas relaciones nuevas empiezan como amistades para luego enseñarte aspectos más cariñosos.
Hablando de nuevo de corazones solitarios, entre marzo y abril podrá haber algunas dudas o indecisiones acerca de la concreción de una nueva persona. El Sagitario en 2017 elige a partir de la viabilidad de los deseos y no a partir de un abstracto idealismo. Por eso, historias a distancia, o con personas comprometidas, difíciles, que prometan la luna y luego desaparecen por días, no merecen tu atención. El cielo del nuevo año te devuelve el derecho y la capacidad de elección de lo que es mejor para ti.
Pues, 2017 es el último año con Saturno, el más ligero y constructivo porque las clases del año pasado te han cambiado de manera profunda: ya no estás dispuesto a aceptar algunas cosas, a hacer la vista gorda en frente a algunas rarezas que no consigues entender. Al contrario, eres más prudente, pones más atención y has aprendido a no bajar demasiado la guardia y a no perder de vista también tus exigencias personales. Un año que recuerda mucho el último año de una licenciatura empezado en 2015: se dan los últimos exámenes que no te hacen tener más miedo porque ya estás ¡súper preparado! Y hay que prepararse para la discusión final de la tesis, que representa el definido reconocimiento de tu valor, la afirmación de tus verdades y la vía de acceso para una nueva vida, más adulta y madura, pero también más feliz y satisfactoria.
© Simon & The Stars
© Translation: Nicolò Porcellato